viernes, 3 de abril de 2009

David Roberts: De Granada a Jerusalén


DAVID ROBERTS: de Granada a Jerusalén [1]
R. H. Shamsuddín Elía [2]
“La vida en el desierto es la más independiente que se pueda imaginar: no hay factura que pagar ni mozos para dar propinas, en el crepúsculo se plantan serenamente las tiendas, los camellos se descargan y cargan desde y hacia nuevos destinos y las gentes exclaman ¡alhamdulillah! (¡alabado sea Dios!)” [David Roberts]

David Roberts nació en Stockbridge, una aldea cercana a Edimburgo, la capital de Escocia, el 24 de octubre de 1796. su padre era zapatero remendón y su madre una dedicada ama de casa. A pesar de las dificultades económicas y la vida misérrima, sus padres se esmeraron en brindar al joven David ciertos conocimientos, despertando su curiosidad hacia países lejanos y alimentando su espíritu para la aventura. Así, un día David decoró la pequeña cocina de aquel humilde hogar escocés, dibujando escenas silvestres para mostrar a su madre los arrebatos de su inspiración y el ingenio de sus trazos.

A los dieciséis años ya se ganaba la vida como pintor escenográfico de un circo. Allí quedó fascinado por las escenas de la obra Alí Babá y los cuarenta ladrones. “Bagdad con sus innumerables minaretes me resultaba un lugar muy familiar, como si la hubiera conocido en sueños”, confesaría en sus escritos años más tarde.
En esos días nunca podría haber imaginado que viajaría al Oriente y se convertiría en uno de los más famosos pintores británicos de paisajes musulmanes.
A los veinticuatro años, poco después de casarse con Margaret McLachlan, comenzó a trabajar como pintor de escenarios teatrales en el Drury Lane Theater de Londres, tras haber experimentado esa labor en el Royal Theater de Glasgow. Finalmente diseñará las escenografías para el Covent Garden [3] . Roberts entonces se consagró como el mejor y más renombrado de las Islas Británicas en su especialidad, gracias a los imaginativos dioramas [4] que realizaba sobre viajes y acontecimientos espectaculares. Pero cuando estaba en la cúspide, se cansó. Había decidido que sus sueños de niño se hicieran realidad: ser pintor a secas, viajar para llevar al lienzo o al papel sus impresiones.
Desde 1824 recorrió una buena parte de Europa pintando monasterios y catedrales góticas, paisajes y todo lo que formaba parte del inventario artístico del momento. Su éxito fue relativo. La gente estaba ávida de novedades, de exotismo; y eso, para el británico intelectual de 1830, conmovido por la lírica de Percy Shelley y John Keats, estaba en el Mediterráneo y más precisamente en España, país que el romanticismo de los Chateaubriand, Washington Irving, Alexandre Laborde, Guirault de Prangey, Richard Ford y Lord Byron había consagrado como referencia obligada por su peculiar historia sobre los moros y sus maravillosas mezquitas y palacios.
El pintor escocés entrará a la Península por la aduana guipuzcoana de Irún en octubre de 1832, después de atravesar Francia de norte a sur. Su objetivo principal era recorrer Andalucía hasta poder completar un buen reportaje, hasta tener un conjunto de dibujos que plasmaran lo más llamativo e interesante de al-Andalus, la todavía bastante desconocida civilización hispanomusulmana. En la ciudad vasca se vio obligado a permanecer dos semanas de cuarentena a causa de una epidemia y de allí fue a Vitoria (Álava). Roberts visitaría Miranda del Ebro, Burgos, Madrid, Córdoba, Granada, Loja, Málaga, Ronda y Gibraltar. En los sitios más importantes permanecía tres semanas. Tres semanas en Córdoba, tres en Granada y tres en Málaga, que dieron como resultado una España contemplada bajo el influjo musulmán y la típica estilización romántica del siglo XIX. Allí nacería en el alma de Roberts su admiración e interés por los pueblos y las costumbres musulmanes que lo llevaría más tarde a recorrer itinerarios en el corazón del Islam. Sus grabados de la Alambra de Granada son una prueba anticipada de lo que habría de venir.
A partir de 1835 comienzan a publicarse sus distintas acuarelas y dibujos sobre España, litografiados en el Landscape Annual de 1835 y 1836, editado por Robert Jennings en Londres desde 1830. Jennings pagó a Roberts cuatrocientas veinte libras esterlinas –una cantidad muy alta– por los veintiún dibujos y viñetas que aparecían grabados al acero en Granada , el primer libro de una serie de cuatro volúmenes titulada The tourist Spain. Le salió bien la apuesta, porque en menos de dos meses había vendido mil doscientas copias a una libra el ejemplar.
Con su bien ganada suma, el artista highlander comenzó a preparar cuidadosamente su travesía más añorada y ambiciosa: el viaje a Tierra Santa. Recolectó y estudió información sobre los países y sus gentes, sus culturas y tradiciones, recurriendo a las investigaciones realizadas por la expedición napoleónica de 1798-1801. Al mismo tiempo, obtuvo cartas de recomendación del Ministerio de Asuntos Exteriores británico para los cónsules de Egipto, Siria y Palestina, y otras personas influyentes.
A fines de agosto de 1838 partió para Egipto. Luego de realizar escalas en Francia, Italia, Malta y Grecia, arribó al puerto de Alejandría el 24 de septiembre abordo de un buque abarrotado de peregrinos musulmanes turcos en viaje hacia La Meca.
En Egipto, Roberts permanecería por más de cuatro meses recorriendo el país desde el delta del Nilo hasta las profundidades de Nubia. El 7 de febrero de 1839, este escocés errante e intrépido vistiendo ropas árabes y acompañado por dos viajeros ingleses, John Pell y John G. Kinnear, y varios guías musulmanes, cruzó el istmo de Suez y luego de hacer un alto en el convento cristiano de Santa Catalina en el desierto de Sinaí, alcanzó la mítica capital del antiguo reino de los nabateos, Petra, cuyas ruinas rosadas constituyen la principal atracción turística de la Jordania de hoy [5] .
La caravana de Roberts reinició la marcha desde Petra el 11 de marzo pasando por monte Hor, donde se dice que está la tumba de Aarón (la Paz sea con él) [6] , y llegó a Hebrón el 15 de ese mes. Allí, Roberts visitó la mezquita de Abraham (la Paz sea con él), donde, según la tradición, se encuentran enterrados junto al gran profeta monoteísta, Sara, Isaac, Rebeca, Jacob y Lía (la Paz sea con ellos), reverenciados igualmente por judíos y musulmanes.
Por encontrarse Jerusalén sumida bajo los efectos de una epidemia, la caravana se vio obligada a desviarse hacia Gaza, la antigua ciudad de los filisteos [7] , donde arribó el 19 de marzo. Finalmente, Roberts entró en Jerusalén el 29 de marzo y fue recibido muy cortésmente por el gobernador otomano Ahmed Agha, quien lo acompañó personalmente a visitar sus calles y alrededores brindándole excelentes datos y pormenorizados detalles de la ciudad sagrada de la fe monoteísta. Sus trabajos sobre la antigua Ur-Salam (la Ciudad de la Paz) son ciertamente los más relevantes de su carrera. Luego se trasladó a Belén, la cuna del Mesías Jesús, hijo de María (la Paz sea con ellos).
El 15 de abril, Roberts reinició la marcha hacia la urbe palestina de Nablus y posteriormente visitó Nazareth, el Mar de Galilea, Akko (San Juan de Acre [8] ) y el monte Carmelo. Ya en el Líbano, el escocés continuó su afanoso trabajo logrando exquisitos paisajes de Tiro, Sidón y Baalbek, pero el prolongado y ajetreado itinerario terminó por agotar sus fuerzas y su salud se quebrantó.
Un Roberts muy enfermo llegó a Beirut el 8 de mayo. Allí embarcó vía Malta y Gibraltar hacia Londres, donde llegó el 21 de julio de 1839.
Tiempo después, Roberts escribiría a un amigo: “La vida en el desierto es la más independiente que se pueda imaginar: no hay factura que pagar ni mozos para dar propinas, en el crepúsculo se plantan serenamente las tiendas, los camellos se descargan y cargan desde y hacia nuevos destinos y las gentes exclaman ¡alhamdulillah! (¡alabado sea Dios!)”.
En los años siguientes, Roberts publicaría sus numerosos trabajos sobre Tierra Santa y también se dedicaría a reflejar los vestigios arqueológicos de las Islas Británicas, falleciendo en Londres en 1864. Su obra influirá poderosamente en el concepto del paisaje romántico con características orientales en toda Europa, desde Parcerisa a Doré.

BIBLIOGRAFÍA-
J. Alberich, Del Támesis al Guadalquivir , Universidad de Sevilla, 1976.-
Richard Ford, Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa, Ediciones Turner, Madrid, 1988.-
Blanca Krauel Heredia, Viajeros británicos en Andalucía. De Christopher Hervey a Richard Ford (1760-1855) , Universidad de Málaga, 1986.-
Blanca Krauel Heredia y otros, La imagen romántica del legado andalusí, Lunwerg Editores, Barcelona, 1995.-
Rafael Manzano, La Alhambra. El universo mágico de la Granada islámica, Anaya, Madrid, 1992.-
David Roberts, La Alhambra. 6 grabados, Editorial Offo, Madrid, 1994.-
David Roberts, In the Holy Land. Paintings by David Roberts 1839, Studio Editions, Londres, 1995.-
Ian Robertson, Los curiosos impertinentes. Viajeros ingleses por España (1760-1855), Editora Nacional, Madrid, 1975.-
Catherine Sim, David Roberts 1796-1864. A Biography , Londres, 1984.
NOTAS.-
[1] Extraído de El mensaje del Islam nº 12, mayo de 1996. David Roberts ejemplifica la figura del viajero europeo del periodo romántico, fascinado por la imagen de un mundo oriental exótico y desconocido. Para más información sobre viajeros europeos en el mundo islámico durante el siglo XIX, véase Juan de Dios de la Rada y Delgado, Las peregrinaciones a La Meca en el siglo XIX, Editorial Miraguano, Madrid, 2005; Charles de Foucauld, Viaje a Marruecos , Olañeta Editores, Palma de Mallorca, 2001; Eugène Delacroix, Viaje a Marruecos y Andalucía , Olañeta Editores, Barcelona, 2002; Adolfo Rivadeneyra, Viaje de Ceilán a Damasco , Editorial Miraguano, Madrid, 2006. (Nota de la Redacción).
[2] Profesor del Instituto Argentino de Cultura Islámica. (Nota de la Redacción).
[3] Famoso barrio londinense, cuyo nombre proviene de un convento que allí había en el siglo XVI. Sede hasta 1974 de un mercado de frutas, verduras y flores, en su manzana principal se alza un complejo reciclado que alberga negocios y restaurantes bohemios en los que se dan cita artistas de todo tipo, cantantes, payasos, acróbatas y músicos ambulantes que entretiene a los asiduos concurrentres y numerosos turistas. A dos cuadras de la histórica plaza, en Catherine Street, se encuentra el Theatre Roy, cuyo primer edificio se erigió en 1663. En 1812 fue reconstruido y llegó a ser el más famoso de Londres por sus pantomimas, precisamente durante la época en que Roberts trabajó en la decoración de sus escenarios. En sus alrededores existen otros famosísimos teatros, como la Royal Opera House y los situados sobre Charing Cross, la célebre calle de librerías, y en Leicester Square.
[4] Materiales o elementos en tres dimensiones, que conforman una escena de la vida real. Se ubican delante de un fondo curvo, pintado de manera tal que simule un entorno realista, y con los efectos de iluminación se completa la escena. Se pueden representar animales, plantas, batallas, paisajes, etc.
[5] Petra es el nombre greco-latino para designar a una antiquísima ciudad ubicada entre el Mar Rojo y el Mar Muerto. Los nabateos, una antigua tribu árabe, conquistaron la región de Edom e hicieron de Petra su capital hacia el año 1000 a.C. Salomón comerciaba con los nabateos, que competían con los habitantes de Palmira en organizar ricas caravanas comerciales, haciendo de Petra el principal centro mercantil de Arabia. Antígono Monoftalmos (381-301 a.C.), lugarteniente de Alejandro el Grande, visitó Petra y encontró allí grandes cantidades de incienso, mirra y plata. Los geógrafos griegos de aquella época designaban a la región de Edom con el nombre de Arabia Pétrea. Hacia el 105 d.C., uno de los generales de Trajano conquistó Petra y creó la provincia romana de Arabia Pétrea. En aquellos días Petra era un emporio comercial que atraía las caravanas que iban desde Arabia, Persia y la India a Egipto, Palestina y Siria. Estrabón y Plinio la describen cono una gran ciudad. En el año 131 d.C., el emperador Adriano visitó Petra. En el siglo XII, los invasores cruzados, a las órdenes de Balduíno I, enviaron una expedición a la región y edificaron varios castillos, hasta que fueron expulsados por el Sultán Salahuddín al-Ayubi (Saladino). Tiempo después las caravanas comerciales se desviaron de su ruta hacia otros pasos y Petra acabó por caer en el olvido. En 1812 fue redescubierta por el investigador y viajero suizo Johann Ludwig Burckhardt (1784-1817). Burckhardt, que se convirtió al Islam y adoptó el nombre de Ibrahim ibn Abadía, también redescubrió los antiguos templos egipcios de Abu Simbel, realizó la peregrinación musulmana en 1815 (véase nota 1) y fue autor de numerosas obras que fueron publicadas después de su muerte: Travels in Nubia (1819), Travels in Syria and the Holy Land (1882), Travels in Arabia (1829).Véase José Lupiáñez, Petra, la ciudad rosa , Port-Royal, Granada, 2004. (Nota de la Redacción).
[6] El autor, como buen musulmán, después de citar el nombre de cualquier profeta emplea la expresión “la Paz sea con él”, como signo de respeto. (Nota de la Redacción).
[7] Los filisteos, pueblo no semita originario de la región del Mar Egeo, formaban parte de los llamados pueblos del mar. Hacia el año 1200 a.C., invadieron el litoral cananeo, desde Gaza hasta Jaffa, con sus ciudades cananeas de Gaza, Ascalón, Ashdod, Ecrón y Gat, donde se instalaron y organizaron una confederación. El monte Carmelo marcó la divisoria entre el país de los filisteos o filistin, y el de los fenicios del norte. Los filisteos, que poseían armas superiores debido al conocimiento de la técnica siderúrgica trasmitida por los cretenses, lograron controlar la mayor parte de Canaán, que desde entonces se llamará Palestina o país de los filisteos. Vease F. Garelli, Le Proche-Orient asiatique des origines aux invasions des peuples de la mer , París, 1970.También puede consultarse Roger Garaudy, Palestina, tierra de los mensajes divinos, Editorial Fundamentos, Madrid, 1987. La introducción de esta obra (págs 7-24) puede verse en revista Alif Nûn nº 40 , julio de 2006. (Nota de la Redacción).
[8] Akko, también llamada Acre o Akka, es una ciudad costera a orillas del Mar Mediterráneo y cerca de la bahía de Haifa. En la época en la que la visitó Roberts estaba en poder de los británicos, quienes la habían incorporado a sus posesiones en Palestina desde 1819, tras derrotar a las tropas de Napoleón Bonaparte en 1799. Es una de las ciudades más antiguas del mundo y se cree que fue fundada hacia el año 1500 a.C. La mayor parte de su historia ha estado habitada por población de origen árabe, aunque diversos conquistadores se han apoderado de su suelo. Asirios, griegos, egipcios, romanos y bizantinos la ocuparon antes de que los musulmanes pasaran a dominarla en 638. Después la fueron conquistando otros pueblos, como los cruzados europeos en 1104, aunque Saladino, sultán de Egipto y Siria, la reconquistó en 1187, y poco después cayó de nuevo en poder de los europeos durante la Tercera Cruzada, siendo entonces cuando la bautizaron con el nombre de San Juan de Acre. (Para más información, véase Amin Maalouf, Las cruzadas vistas por los árabes , Alianza Editorial, Madrid, 2003; María Antonia Loste, Las Cruzadas (Monografías) , Ediciones Anaya, Madrid, 1990.) En 1948 la ciudad fue ocupada por el ejercito de Israel y un año después fue anexionada por este país, al cual pertenece en la actualidad. (Nota de la Redacción).A Portada
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