Tradición hecha a mano
José Ricardo Enríquez tiene un don que le viene de herencia: crear con las manos
Mariana Toriz /El Mundo de Córdoba
México 05 de abril, 2009
La elaboración de los Cristos de palma forma ya parte de una tradición ancestral que sobrevive a pesar de la crisis
El Mundo de Córdoba
Le viene de herencia: a sus diez años, José Ricardo Enríquez, de Tehuacán, Puebla, aprende a elaborar con sus propias manos el tejido y petatillo para crear las palmas que serán bendecidas hoy en La Catedral de la Inmaculada Concepción de Córdoba. En sus manos tiene un rollo de hoja de palma que trenza lentamente para formar una especie de tapete flexible.
“No es nada fácil”, dice el pequeño, al mencionar que tarda hasta 40 minutos en crear una palma. Sin embargo, con práctica todo es mucho más sencillo. La experiencia del hacer diario irá reduciendo notablemente los tiempos hasta llegar a lograr la elaboración de Cristos, cáliz y coronas con hoja de velillo, una técnica de mayor dificultad por la realización de formas.
Bajas ventas
Doña Regina Rosas Jiménez pasó más de tres horas bajo los rayos del sol para vender una palma de diez pesos. Sentada en un banquito y con un sombrero sobre su cabeza, para atajarse del sol, permaneció en el atrio de la iglesia para que no se le fuera la venta, ya que el material que elaboró junto con su familia aún no se había vendido. “No hay venta y aquí nos tenemos que quedar para tener unos pesitos”, asegura doña Regina, mientras la gente pasa por delante de su puesto, quizá más preocupada en cómo salir a flote ante la crisis económica. “La gente pasa y pregunta pero no compra...
Se le hace caro las palmitas de diez pesos, pero no podemos bajarle, porque no nos da”, asegura
José Ricardo Enríquez tiene un don que le viene de herencia: crear con las manos
Mariana Toriz /El Mundo de Córdoba
México 05 de abril, 2009
La elaboración de los Cristos de palma forma ya parte de una tradición ancestral que sobrevive a pesar de la crisis
El Mundo de Córdoba
Le viene de herencia: a sus diez años, José Ricardo Enríquez, de Tehuacán, Puebla, aprende a elaborar con sus propias manos el tejido y petatillo para crear las palmas que serán bendecidas hoy en La Catedral de la Inmaculada Concepción de Córdoba. En sus manos tiene un rollo de hoja de palma que trenza lentamente para formar una especie de tapete flexible.
“No es nada fácil”, dice el pequeño, al mencionar que tarda hasta 40 minutos en crear una palma. Sin embargo, con práctica todo es mucho más sencillo. La experiencia del hacer diario irá reduciendo notablemente los tiempos hasta llegar a lograr la elaboración de Cristos, cáliz y coronas con hoja de velillo, una técnica de mayor dificultad por la realización de formas.
Bajas ventas
Doña Regina Rosas Jiménez pasó más de tres horas bajo los rayos del sol para vender una palma de diez pesos. Sentada en un banquito y con un sombrero sobre su cabeza, para atajarse del sol, permaneció en el atrio de la iglesia para que no se le fuera la venta, ya que el material que elaboró junto con su familia aún no se había vendido. “No hay venta y aquí nos tenemos que quedar para tener unos pesitos”, asegura doña Regina, mientras la gente pasa por delante de su puesto, quizá más preocupada en cómo salir a flote ante la crisis económica. “La gente pasa y pregunta pero no compra...
Se le hace caro las palmitas de diez pesos, pero no podemos bajarle, porque no nos da”, asegura

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