lunes, 13 de abril de 2009

LOS POSMODERNOS/parte II‏


LOS POSMODERNOS/parte II‏
De: Manuel Garcia Estrada (gestmann@hotmail.com)
Enviado: lunes, 13 de abril de 2009 09:46:13 a.m.
Para: Grandes Montañas
LOS POSMODERNOS

Manuel García Estrada

República de laicos, de todos.

Parte II y última

A la Esperanza muerta, a su tremenda herencia que es mensaje esperanzador.

Hay quienes apuntan que la vida democrática es cuando todos tienen derecho a poseer canales de radio, tv, escuelas, edificios, etc. Y puede ser, pero no con las iglesias. El problema reside en que nunca los institutos de la fe se han conformado con la ciudad de dios, siempre han deseado poseer, tener, acaparar para mandar. Se dicen pastores los cristianos, los católicos, los ortodoxos, los que son hijos de la iglesia de Pedro de una u otra forma y que con ello se asumen como cuidadores de la manada de borregos. Es decir que desde su lenguaje está claro que hay diferencias y un sistema de castas en donde hay quienes mandan a su estilo y antojo y otros que sólo deben obedecer.

Ellos desde su esencia y origen son antidemocráticos. ¿Cómo es que se atreven a exigir lo que no pueden dar? Las iglesias deben ser congruentes y dejarse de sus discursos falsos e hipócritas. Los católicos son dirigidos por un papa, un “príncipe” y los purpurados lo son también. Segregan a las mujeres y a los homosexuales, condenan a las madres solteras y excomulgan a los divorciados, atentan contra la tolerancia y la paz social y así quieren medios de comunicación masivos. Es aberrante que grupos manipuladores a través de los dioses que llevan una vida doble y desintegradora lleven su mensaje a las masas. No se han conformado con el agravio realizado en siglos. Desean continuar con la aniquilación de la mente creativa, de la ciencia, de las artes para seguir imponiendo a San Agustín y permanecer condenando a cuanta Sor Juana o Galileo aparezca.

Es un peligro para México el que los signores solteros que se visten de largo traten de mandar diciendo que buscan salvar almas, hace ya 40 décadas se les cayó el teatrito e insisten en seguir poniendo la obra en escena. Juárez se vio débil pese a todo, debió someter no solo a la jerarquía católica, debió prever leyes contra los preceptos manipuladores del islam, del judaísmo y cualquier secta que apareciera en el futuro en el siglo XIX.

El islam o el judaísmo son igual de terribles que los cristianos organizados en instituciones. El islam atenta contra las mujeres de manera cotidiana y sistemática, les viola desde que nacen porque las reduce a objetos que son amputados de su clítoris para ser más santas, las envuelve en tela para que nadie las vea y promuevan el pecado. Los judíos son la etnia y religión más segregadora de todas que con total hipocresía hace de un análisis sobre su comportamiento geopolítico un atentado a ellos y exigen alto a los holocaustos mientras arrasan con vidas inocentes en Gaza obedeciendo a su dios Jehová que en sus textos religiosos –muchos son copia de los cuentos de Sumeria e India- les indica que pueden y deben hacer atrocidades contra los pueblos del mundo en su nombre.

Estos días miles de personas fueron a sus templos a ver las representaciones del martirio y sufrimiento del galileo que jamás deseó instaurar un negocio, digo, religión, en el mundo. Esos miles no son devotos, no llevan para fortuna nuestra y en su mayoría las ideas cerradas de la catolicidad mexicana, van porque han comenzado desde hace lustros a ser deístas nacidos en el seno católico y al final respetan los ritos, pero nada más. Aún no se atreven a ejercer sus derechos emanados del Concilio Vaticano II de manera abierta pero ya los militan.

Hoy hace falta rescatar con mayor énfasis la reforma de Juárez y completarla para que esta vez no escape ningún malandro manipulador y aquel que desee que se le aplique democracia a todo que empiece por poner el ejemplo desde dentro de su casa y sea México de manera honesta un mundo donde quepan muchos mundos, una nación y patria de y para todos.


Manuel García Estrada. Córdoba, Veracruz. México. http://www.cordopolis.org/

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