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MUNDO
Corea del Norte amenaza con el rearme nuclear en respuesta a la condena de la ONU
15.04.09 -
ZIGOR ALDAMA
SHANGHAI
Pyongyang tampoco cumplirá los acuerdos en las reuniones a seis bandas
Que Kim Jong-il tiene mal genio no es nada nuevo. Pero la desmesurada reacción del líder norcoreano ante la condena del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por el lanzamiento de su último cohete, que todavía no está claro si transportaba un satélite o un misil balístico, ha sorprendido a la comunidad internacional en pleno. En un duro comunicado, el régimen de Pyongyang anunció ayer que no sólo se retira de las reuniones a seis bandas, que tenían como objetivo la desnuclearización de Corea del Norte, sino que, además, reanudará su plan atómico militar «con fines defensivos». Por si fuera poco, mediante un comunicado, el ministro de Asuntos Exteriores anunció que su país «no cumplirá ninguno de los acuerdos a los que se había llegado en esas reuniones», y calificó la amenaza de nuevas sanciones de «insulto inadmisible».
Según el Consejo de Seguridad de la ONU, el lanzamiento la semana pasada del cohete supone una violación de su resolución 1.718, que se adoptó después de que Corea del Norte llevara a cabo con éxito la detonación de una bomba atómica, y que prohibe al país asiático desarrollar misiles balísticos, cuya tecnología es idéntica a la necesaria para poner en órbita un satélite. La Administración de Barack Obama ya ha pedido que, para el día 24, se confeccione una lista con las empresas norcoreanas a las que se impondrán nuevas sanciones.
Para entonces, si se cumplen las palabras de los líderes comunistas, ya habrán comenzado las labores para restablecer las operaciones en los complejos nucleares, y el enriquecimiento del uranio necesario para el armamento atómico. Eso supondrá retroceder hasta 2003, momento en el que comenzaron en Pekín las negociaciones en las que participaban, además de la anfitriona y de las dos Coreas, Japón, Rusia y EE UU, y que dieron como resultado la apertura de la línea férrea que une ambos estados de la península, y la destrucción el pasado mes de junio de la torre de refrigeración del principal complejo atómico del norte, el de Yongbyon.
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Corea del Norte amenaza con el rearme nuclear en respuesta a la condena de la ONU
15.04.09 -
ZIGOR ALDAMA
SHANGHAI
Pyongyang tampoco cumplirá los acuerdos en las reuniones a seis bandas
Que Kim Jong-il tiene mal genio no es nada nuevo. Pero la desmesurada reacción del líder norcoreano ante la condena del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por el lanzamiento de su último cohete, que todavía no está claro si transportaba un satélite o un misil balístico, ha sorprendido a la comunidad internacional en pleno. En un duro comunicado, el régimen de Pyongyang anunció ayer que no sólo se retira de las reuniones a seis bandas, que tenían como objetivo la desnuclearización de Corea del Norte, sino que, además, reanudará su plan atómico militar «con fines defensivos». Por si fuera poco, mediante un comunicado, el ministro de Asuntos Exteriores anunció que su país «no cumplirá ninguno de los acuerdos a los que se había llegado en esas reuniones», y calificó la amenaza de nuevas sanciones de «insulto inadmisible».
Según el Consejo de Seguridad de la ONU, el lanzamiento la semana pasada del cohete supone una violación de su resolución 1.718, que se adoptó después de que Corea del Norte llevara a cabo con éxito la detonación de una bomba atómica, y que prohibe al país asiático desarrollar misiles balísticos, cuya tecnología es idéntica a la necesaria para poner en órbita un satélite. La Administración de Barack Obama ya ha pedido que, para el día 24, se confeccione una lista con las empresas norcoreanas a las que se impondrán nuevas sanciones.
Para entonces, si se cumplen las palabras de los líderes comunistas, ya habrán comenzado las labores para restablecer las operaciones en los complejos nucleares, y el enriquecimiento del uranio necesario para el armamento atómico. Eso supondrá retroceder hasta 2003, momento en el que comenzaron en Pekín las negociaciones en las que participaban, además de la anfitriona y de las dos Coreas, Japón, Rusia y EE UU, y que dieron como resultado la apertura de la línea férrea que une ambos estados de la península, y la destrucción el pasado mes de junio de la torre de refrigeración del principal complejo atómico del norte, el de Yongbyon.

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