Vive Córdoba día de ‘Pasión’
Cientos de fieles acompañaron a Jesús en el día de su muerte
Redacción /El Mundo de Córdoba
México 11 de abril, 2009
De luto. Una gran multitud acompañó a las imágenes de Jesús cargando la Cruz, junto a la Virgen de la Soledad, San Juan y María Magdalena.
El Mundo de Córdoba
Pese a la temperatura registrada ayer, cientos de feligreses acudieron a la celebración de la Pasión y muerte de Jesús, en la Catedral de la Inmaculada Concepción.
Desde las 10 de la mañana, las imágenes de Jesús cargando la Cruz, la Virgen de la Soledad, San Juan y María Magdalena recorrieron cada una de las estaciones de la Vía Dolorosa, seguidos por un impresionante contingente de fieles.
La imagen de Jesús fue colocada en lo alto de una cruz dispuesta en el atrio de la Catedral, entre rezos y muestras de fe de personas que besaban los maderos o lloraban.
En punto de las tres de la tarde, la matraca de la Catedral y la sirena de bomberos del Ayuntamiento marcaron el momento de la muerte de Jesús de Nazaret, por lo que la multitud congregada comenzó con el pésame a la Virgen.
Por la noche, el obispo Eduardo Patiño Leal encabezó la Procesión del Silencio, que junto con numerosos fieles, sólo iluminados por velas, acompañaron a la Virgen en la penumbra del centro histórico. La jornada sólo registró algunos afectados por insolación, atendidos por la Cruz Roja.
Cientos de fieles acompañaron a Jesús en el día de su muerte
Redacción /El Mundo de Córdoba
México 11 de abril, 2009
De luto. Una gran multitud acompañó a las imágenes de Jesús cargando la Cruz, junto a la Virgen de la Soledad, San Juan y María Magdalena.
El Mundo de Córdoba
Pese a la temperatura registrada ayer, cientos de feligreses acudieron a la celebración de la Pasión y muerte de Jesús, en la Catedral de la Inmaculada Concepción.
Desde las 10 de la mañana, las imágenes de Jesús cargando la Cruz, la Virgen de la Soledad, San Juan y María Magdalena recorrieron cada una de las estaciones de la Vía Dolorosa, seguidos por un impresionante contingente de fieles.
La imagen de Jesús fue colocada en lo alto de una cruz dispuesta en el atrio de la Catedral, entre rezos y muestras de fe de personas que besaban los maderos o lloraban.
En punto de las tres de la tarde, la matraca de la Catedral y la sirena de bomberos del Ayuntamiento marcaron el momento de la muerte de Jesús de Nazaret, por lo que la multitud congregada comenzó con el pésame a la Virgen.
Por la noche, el obispo Eduardo Patiño Leal encabezó la Procesión del Silencio, que junto con numerosos fieles, sólo iluminados por velas, acompañaron a la Virgen en la penumbra del centro histórico. La jornada sólo registró algunos afectados por insolación, atendidos por la Cruz Roja.
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